domingo, 15 de julio de 2012

San Martín de Porres y los Animales


Su compasión de los animales y 
medios extraordinarios de socorrerlos

Aunque el precepto de la caridad solo comprenda á Dios al prójimo y á si mismo no excluye el socorro á los irracionales como enseña Santo Tomas no porque se reputen prójimos sino porque son criaturas que tienen un mismo orígen y un mismo conservador Así leemos en el salmo 103 que los cachorros de los leones piden d Dios su sustento que lodos los animales aguardan de Dios la comida que la loman citando el Señor se la da y que cuando él abre su mano se colman de sus beneficios Según el salmo 147 Dios da el sustento conveniente á los hijuelos de los cuervos que se lo piden y en el capítulo 38 del libro de Job se lee que el Señor le preguntó Quién tiene aparejado al cuervo su alimento cuando sus polluelos claman á Dios vagueando porque no tienen qué comer Por este motivo se compadecia fray Martín de los animales necesitados les llamaba hermanos y aun hacia milagros para socorrerlos como los hicieron algunos santos por el mismo fin En la vida de San Bernardo se refiere que por su mucha humanidad no solo se compadecía de los hombres sino también de los irracionales por lo que cuando caminaba por el campo si veía una liebrecita huyendo de los perros ó una pequeña ave que iba á ser cazada por los gavilanes las libraba milagrosamente del peligro haciendo la señal de la cruz y en la de San Francisco de Asís dice San Buenaventura que era tanta su compasión de todas las criaturas que llamaba hermanos y hermanas á los animales considerando que todos tienen un mismo principio y que por eso amó y protegió maravillosamente á las cigarras aleones y faisanes cigarras y A mas de lo dicho la compasión á los animales ha sido un comprobante del amor que algunos santos han tenido á sus prójimos Por eso dice San Juan Crisóstomo en la homilía 19 sobre la Epístola de San Pablo á los Romanos que los santos muy amadores de sus prójimos son también dulces con los irracionales y aconseja la compasión para con las bestias por estas palabras Conviene que seamos muy humanos y clementes con os brutos para que compadeciéndonos de ellos aprendamos á compadecernos de nuestros hermanos porque quien es suave y compasivo con los extraños es regular que lo sea mucho mas con sus familiares y domésticos regular que familiares y De lo dicho se infiere cuán reprensible es la conducta de aquellos que persiguen maltratan y quitan la vida á los animales inocentes que ni les hacen ningún mal ni sirven para su sustento pues si Dios ha dado al hombre imperio sobre la naturaleza y permitiéndole alimentarse de carnes saludables no ha sido para que destruya inútilmente y solo por vano entretenimiento entes que testifican la omnipotencia y sabiduría del Creador y que á su modo le alaban y glorifican Pero aun son mas culpables las personas que poniendo su afecto en animales domésticos abren su bolsa para sustentarlos con viandas exquisitas y la cierran para los pobres que carecen de lo necesario Sea cual fuese el estado de esas personas y su conducta moral oirán del recto juez en su tremendo juicio estas terribles palabras tuve hambre y no me disteis de comer y No declinó jamás fray Martín hacia ninguno de estos dos extremos y tan lejos estuvo de matará los brutos inocentes que los alimentaba y medicinaba para conservarlos. Pero no se servía de ninguno para su recreo ni le ministraba otro sustento que el que le sobraba después de haber socorrido á los pobres de Jesucristo Y como Dios se dignaba manifestar en todas ocasiones lo mucho que le complacía la caridad de su siervo hizo á los brutos obsecuentes á todos sus mandatos Quiso un pobre a quien había acogido fray Martín en su celda poner trampas á los ratones porque le habían roído sus medias. No lo permitió el siervo de Dios luego que lo supo y atribuyendo á descuido del pobre el daño de las medias le dijo que si las hubiera guardado bien no se las hubieran comido los ratones Mas como esos animalillos royesen también la ropa de la enfermería pusieron al fin trampa y cayó en ella un ratoncito Vióle fray Martín y no permitiendo que lo matasen le dio libertad diciéndole vaya hermano y diga á sus compañeros que no hagan ningún daño y que se retiren á la huerta á donde yo les llevaré diariamente el sustento que necesiten Así se verificó con asombro de los religiosos que iban á la huerta y veían salir á los ratones luego que fray Martín entraba á ella con la comida que les llevaba sin que en adelante se hubiese visto ninguno en la ropería ni haber hecho daño en ella ninguno ropería Habiendo parido á un tiempo una perrita y una gata las colocó fray Martín en un sótano del convento ordenándoles que no riñeran y que comieran juntas en el plato que el les llevaría Obedeciéronle y en uno de los días cuando comían pacíficamente los dos animales el sustento que les había llevado el siervo de Dios reparó este que un ratoncillo se asomaba por un agujero sin atreverse á salir á pesar de su apetito por el temor que le inspiraban sus dos mortales enemigos Compadecido fray Martín hablóle en estos términos hermano ratoncito me parece que necesita alimento venga sin recelo que no se le hará ningún daño y al mismo tiempo mandó á la perra y á la gata que dejasen comer en el plato al raton sin hacerle mal Obedeciéronle los tres saliendo el uno del agujero y dejándole comer los otros dos en un mismo plato sin alteración alguna Llegaron á ese tiempo algunos religiosos los que divertidos y admirados tuvieron un rato de entretenimiento y otra prueba clara de la santidad de fray Martín fray Encontró á un perro gravemente herido y desangrándose mucho Luego que lo vio el bruto se le postró y con aullidos lastimeros y lágrimas pedía al siervo de Dios que le auxiliase Lo hizo en efecto no solo lavándole la herida y uniéndola con suturas sino poniéndolo también en una cama proporcionada Luego que lo acostó en ella le mandó que no se moviese y diariamente lo alimentaba y curaba hasta que estuvosano sin que en todo ese tiempo se hubiese levantado el animal del sitio en que lo puso puso Lo mismo sucedió con un perro mastín que había recibido dos gravísimas heridas pues entrando á la enfermería se postró á los pies de fray Martín pidiéndole al parecer socorro con sus quejidos lamentables El siervo de Dios le dijo vea hermano perro lo que se saca de meterse á bravo El mastín le lamia y con todas sus acciones imploraba su auxilio Tomóle de una oreja á vista de varias personas y lo llevó á su celda donde le lavó las heridas con vino y le dio puntos en ellas y lo acosté sobre unos pellejos mandándole que no se moviese Cumplió este precepto el animal hasta que estuvo sano con el método dicho y cuando el siervo de Dios le permitió que se levantase le acompañó hasta la muerte le acompañó Tenia un perro el padre procurador del convento grande que le había servido fielmente diez y ocho años Viéndole ya viejo y asqueroso mandó á los esclavos que lo echasen fuera mas como volviese siempre buscando á su amo dio orden de que lo sacasen arrastrando del convento y lo matasen Así lo hicieron los negros y quitaron la vida al inocente bruto Llegó á ese tiempo fray Martín y movido á compasión reprendió á los esclavos y les mandó que llevasen á su celda el perro muerto Buscó luego al padre procurador y le dijo por qué padre mío hizo que matasen á ese animal Este es el pago que le ha dado después que le ha servido tantos años Despidióse y se encerró en su celda con el perro muerto Es de creer que puesto en oración pedía á Dios que restituyese la vida al perro si era de su agrado y que Dios se lo concedió Lo cierto es que al siguiente día le vieron todos salir de la celda con el perro vivo perfectamente sano y rejuvenecido y que dándole de comer en la cocina oyeron que le decía hermano no vaya mas á la despensa donde está su amo ingrato pues ha experimentado lo mal que j ha correspondido sus servicios Así se verificó pues habiendo sobrevivido muchos años después jamás fue á la procuración y huía de su antiguo amo al momento que lo divisaba antiguo amo que Viniendo de la Recoleta Dominica vio en la calle que llaman de la Amargura á un perrillo cubierto de piedras y al parecer moribundo por falta de alimento Compadecióse el siervo de Dios y volviendo al convento de donde había salido pidió en él comida y la dio al animalillo después que lo sacó de entre las piedras Caminando en otra ocasión para el mismo convento vio enterrado en una acequia inmunda á un perrillo vivo Sacóle y poniéndolo en la casa mas inmediata dijo en alta voz laven por de Dios á ese animalito Salió de la casa una mujer y que se burlaba de ella el siervo de Dios lo insultó del modo grosero y descortés Sufrió fray Martín en silencio sus denuestos y los correspondió pocos días después con el obsequio de sabrosas frutas que llevó á la casa para que las comiese la mujer. Habiendo enterrado á un difunto en la Iglesia de Santo Domingo no se apartaba de su sepultura el perro que le había acompañado y servido aullando y arañando la tierra aunque se empeñasen los sacristanes en echarle fuera Notando fray Martín esa fidelidad y que el perro á pesar del hambre natural no desamparaba la sepultura le llevaba alimento todos los días á una misma hora hasta que pasado mucho tiempo se fue á la calle el fidelísimo perro. Vio fray Martín á un gato gravísimamente herido de una pedrada en la cabeza y le dijo vengase conmigo y lo curaré Siguióle y se dejó curar tranquilamente Concluida la operacion le habló de este modo vayase hermano y vuelva todas las mañanas Verificóse á la letra hasta que estuvo sano Verificóse á la letra hasta que estuvo sano Estando el siervo de Dios en la huerta cayó junto á él un gallinazo gravemente herido por una arma de fuego tomóle y conociendo que tenia fracturada una pierna la vendó metódicamente y acostándole después sobre un poco de alfalfa ile mandó que no se moviese Permaneció quieto el animal y comía diariamente el sustento que le llevaba su bienhechor Luego que estuvo sano le mandó fray Martín que volase Así lo hizo pero el agradecido animal venia con frecuencia á visitarle le halagaba y permitia que lo cogiese Fray Martín le daba algún alimento y volvía á volar luego que lo despedia En otra ocasion vió en un muladar á una muía á la que su amo habia botado porque á mas de ser vieja tenia rota una pierna Llegóse á ella y la dijo con imperio criatura de Dios leváutate sana Se levantó el moribundo animal y siguió sin cojear al siervo de Dios hasta el convento Recobró sus fuerzas por el cuidado de fray Martin y sirvió despues al convento nyi chos años chos años Como los españoles comunicaron á la América la bárbara costumbre de lidiar toros no pudiendo verlos en la plaza los religiosos traian algunos de Limatambo en tiempo de recreacion para que se divirtieran los coristas Descuidóse de alimentarios el que tenia ese encargo y los dejó en ayunas cuatro dias Revelósele esta falta á fray Martin y afligido al contemplar la necesidad de esos animales entró milagrosamente en el noviciado estando cerradas las puertas porque era media noche llevando agua y alfalfa para socorro de esos brutos Amansó su natural ferocidad la compasion de fray Martin y parecian acatarle y manifestar su reconocimiento besándole el hábito son su hocico Fué testigo de este portento el padre predicador Seneral fray Diego de la Fuente quien asomándose á una ventana inmediata á ese sitio tal vez porque sintió algun ruido uo solo presenció lo dicho sino tambien oyó que el siervo de DÍ03 decia á los toros el hermano mayor deje comer á los menores Luego que consumieron la alfalfa y el agua desapareció fray Martin sin que se abriesen las puertas y el padre fray Diego publicó en el convento esta maravilla Cuando iba el siervo de Dios á la hacienda de Limatambo alimentaba y curaba á los animales del mismo modo que en el convento Pero siendo tantos los que concurrian en este cuya multitud molestaba á los religiosos preparóles en casa de su hermana sitio á propósito para medicinarlos así como tenia una pieza con camas para los hombres enfermos Allí se congregaban perros gatos ratones pájaros y demas brutos para el alivio de sus dolencias y muchas veces iban ellos mismos sin ser llamados por el siervo de Dios implorando su socorro Fastidióse su hermana viendo su casa continuamente inmunda por el concurso de tantos brutos y pidió á fray Martin que los echase fuera Entró este á la casa y habló á los animales de esta manera Hermanos no seáis molestos á quien os hace bien satisfaced vuestras necesidades forzosas en la calle y no entreis en las piezas que no están destinadas para vosotros Obedecieron puntualmente este mandato con admiracion de la familia la que no fue molestada en adelante por ninguno Fue tanta la compasion del siervo de Dios para con los irracionales que sabiendo en su última enfermedad el que iban á matar algunos por orden de los médicos para su curacion se afligió tanto que dijo varias veces Para qué quitan la vida á esas criaturas de Dios puesto que no me han de aprovechar ks medicinas porque es voluntad divina que yo muera porque que yo Al contemplar la constante y fervorosa caridad de fray Martin no solo con todo género de personas sino tambien con los irracionales los medios extraordinarios de que se valia para el socorro de unos y otros y la maravillosa atencion con que los brutos de toda especie escuchaban sus mandatos y los cumplian puntualmente sin ser conocidos ni doctrinados de antemano por él parece que su espíritu se purificó tanto de toda mancha y fue tan renovado por la gracia de los Sacramentos y sublime ejercicio de virtudes que habiéndose unido íntimamente con Dios por Jesucristo y hecho un espíritu con él participaba de sus gloriosas dotes y dominaba á los brutos así como Adán antes que cometiese su pecado Pero habiendo ya referido la heroicidad de sus virtudes teologales expondré la exce lencia de las cardinales y de las demás que son sus dependientes 


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