miércoles, 17 de octubre de 2012

O MI IESU





Al final de cada misterio del Santo Rosario, después del Gloria Patri, dígase: 

Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva todas las almas al cielo, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia. 

En latín: 

O mi Iesu, peccata nostra dimitte nobis, ab igne inferni defende nos; perduc in coelum ómnium ánimas, eorum imprímis qui máxime misericordia Tua índigent. 




domingo, 7 de octubre de 2012


Papa San Pío X   




Papa San Pío X, Acerbo nimis, # 2, 15 de abril de 1905: “Y por eso Nuestro predecesor Benedicto XIV escribió justamente: ‘Declaramos que un gran número de los condenados a las penas eternas padecen su perpetua desgracia por ignorar los misterios de la fe, que necesariamente se deben saber y creer para ser contados entre los elegidos’”


Toda persona por sobre la edad de la razón, debe tener un conocimiento positivo de estos misterios de la fe para salvarse. No hay excepciones. Y esta verdad de la fe católica es la razón de por qué tantos Papas y santos enseñaron que cada miembro de la masa de la humanidad que vive en la ignorancia de Cristo está bajo el dominio del diablo y no se salvará, a menos que se incorpore a la luz admirable de Cristo por la fe y el bautismo.

Fuente: www.vaticanocatolico.com/fuera_de_la_iglesia_no_hay_salvación

LA VIRGEN DEL ROSARIO 


Santo Domingo recibe de manos de la Virgen el Santo Rosario




La Madre de Dios, en persona, le enseñó a Sto. Domingo a rezar el rosario en el año 1208 y le dijo que propagara esta devoción y la utilizara como arma poderosa en contra de los enemigos de la Fe. Domingo de Guzmán era un santo sacerdote español que fue al sur de Francia para convertir a los que se habían apartado de la Iglesia por la herejía albingense. Ésta enseña que existen dos dioses, uno del bien y otro del mal. El bueno creó todo lo espiritual. El malo, todo lo material. Como consecuencia, para los albingenses, todo lo material es malo. El cuerpo es material; por tanto, el cuerpo es malo. Jesús tuvo un cuerpo, por consiguiente, Jesús no es Dios. También negaban los sacramentos y la verdad de que María es la Madre de Dios. Se rehusaban a reconocer al Papa y establecieron sus propias normas y creencias.
Durante años los Papas enviaron sacerdotes celosos de la fe, que trataron de convertirlos, pero sin mucho éxito. También había factores políticos envueltos. Domingo trabajó por años en medio de estos desventurados. Por medio de su predicación, sus oraciones y sacrificios, logró convertir a unos pocos. Pero, muy a menudo, por temor a ser ridiculizados y a pasar trabajos, los convertidos se daban por vencidos. Domingo dio inicio a una orden religiosa para las mujeres jóvenes convertidas. Su convento se encontraba en Prouille, junto a una capilla dedicada a la Santísima Virgen. Fue en esta capilla en donde Domingo le suplicó a Nuestra Señora que lo ayudara, pues sentía que no estaba logrando casi nada. La Virgen se le apareció en la capilla. En su mano sostenía un rosario y le enseñó a Domingo a recitarlo. Dijo que lo predicara por todo el mundo, prometiéndole que muchos pecadores se convertirían y obtendrían abundantes gracias. Domingo salió de allí lleno de celo, con el rosario en la mano. Efectivamente, lo predicó, y con gran éxito porque muchos albingenses volvieron a la fe católica.
Lamentablemente la situación entre albingences y cristianos estaba además vinculada con la política, lo cual hizo que la cosa llegase a la guerra. Simón de Montfort, el dirigente del ejército cristiano y a la vez amigo de Domingo, hizo que éste enseñara a las tropas a rezar el rosario. Lo rezaron con gran devoción antes de su batalla más importante en Muret. De Montfort consideró que su victoria había sido un verdadero milagro y el resultado del rosario. Como signo de gratitud, De Montfort construyó la primera capilla a Nuestra Señora del Rosario.
Un creciente número de hombres se unió a la obra apostólica de Domingo y, con la aprobación del Santo Padre, Domingo formó la Orden de Predicadores (más conocidos como Dominicos). Con gran celo predicaban, enseñaban y los frutos de conversión crecían. A medida que la orden crecía, se extendieron a diferentes países como misioneros para la gloria de Dios y de la Virgen. El rosario se mantuvo como la oración predilecta durante casi dos siglos. Cuando la devoción empezó a disminuir, la Virgen se apareció a Alano de la Rupe y le dijo que reviviera dicha devoción. La Virgen le dijo también que se necesitarían volúmenes inmensos para registrar todos los milagros logrados por medio del rosario y reiteró las promesas dadas a Sto. Domingo referentes al rosario.

jueves, 4 de octubre de 2012


San Francisco, la impresión de las llagas 

Era costumbre en Francisco no cesar nunca en la práctica del bien, antes, por el contrario, o subía hacia Dios o descendía hasta el prójimo. En efecto, había aprendido a distribuir tan prudentemente el tiempo puesto a su disposición, que parte de él lo empleaba en trabajosas ganancias en favor del prójimo y la otra parte la dedicaba a las tranquilas elevaciones de la contemplación. Por eso, después de haberse empeñado en procurar la salvación de los demás, abandonando el bullicio de las turbas, se dirigía a lo más recóndito de la soledad, a un sitio apacible, donde, entregado más libremente al Señor, pudiera sacudir el polvo que tal vez se le hubiera pegado en el trato con los hombres.
Así, dos años antes de entregar su espíritu a Dios, o sea, en 1224, y tras haber sobrellevado tantos trabajos y fatigas, fue conducido, bajo la guía de la divina Providencia, a un monte elevado y solitario llamado Alverna. Allí dio comienzo a la cuaresma de ayuno que solía practicar en honor del arcángel San Miguel, y de pronto se sintió recreado más abundantemente que de ordinario con la dulzura de la divina contemplación; e, inflamado en deseos más ardientes del cielo, comenzó a experimentar en sí un mayor cúmulo de dones y gracias divinas.
Conoció por divina inspiración que, abriendo el libro de los santos evangelios, le manifestaría Cristo lo que fuera más acepto a Dios en su persona y en todas sus cosas. Después de una prolongada y fervorosa oración, hizo que su compañero tomara del altar el libro sagrado de los evangelios y lo abriera tres veces en nombre de la santa Trinidad. Y como en la triple apertura apareciera siempre la pasión del Señor, comprendió el varón lleno de Dios que como había imitado a Cristo en las acciones de su vida, así también debía configurarse con Él en las aflicciones y dolores de la pasión antes de pasar de este mundo. Y aunque, por las muchas austeridades de su vida anterior y por haber llevado continuamente la cruz del Señor, estaba ya muy debilitado en su cuerpo, no se intimidó en absoluto, sino que se sintió aún más fuertemente animado para sufrir el martirio.
Elevándose, pues, a Dios a impulsos del ardor seráfico de sus deseos y transformado por su tierna compasión en Aquel que a causa de su extremada caridad, quiso ser crucificado: cierta mañana de un día próximo a la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, que se festeja el 14 de septiembre, mientras oraba en uno de los flancos del monte, vio bajar de lo más alto del cielo a un serafín que tenía seis alas tan ígneas como resplandecientes. En vuelo rapidísimo avanzó hacia el lugar donde se encontraba el varón de Dios, deteniéndose en el aire. Apareció entonces entre las alas la efigie de un hombre crucificado, cuyas manos y pies estaban extendidos a modo de cruz y clavados a ella. Dos alas se alzaban sobre la cabeza, dos se extendían para volar y las otras dos restantes cubrían todo su cuerpo.
Ante tal aparición quedó lleno de estupor el Santo y experimentó en su corazón un gozo mezclado de dolor. Se alegraba, en efecto, con aquella graciosa mirada con que se veía contemplado por Cristo bajo la imagen de un serafín; pero, al mismo tiempo, el verlo clavado a la cruz era como una espada de dolor compasivo que atravesaba su alma.
Estaba sumamente admirado ante una visión tan misteriosa, sabiendo que el dolor de la pasión de ningún modo podía avenirse con la dicha inmortal de un serafín. Por fin, el Señor le dio a entender que aquella visión le había sido presentada así por la divina Providencia para que el amigo de Cristo supiera de antemano que había de ser transformado totalmente en la imagen de Cristo crucificado no por el martirio de la carne, sino por el incendio de su espíritu. Así sucedió, porque al desaparecer la visión dejó en su corazón un ardor maravilloso, y no fue menos maravillosa la efigie de las señales que imprimió en su carne.
Así, pues, al instante comenzaron a aparecer en sus manos y pies las señales de los clavos, tal como lo había visto poco antes en la imagen del varón crucificado. Se veían las manos y los pies atravesados en la mitad por los clavos, de tal modo que las cabezas de los clavos estaban en la parte inferior de las manos y en la superior de los pies, mientras que las puntas de los mismos se hallaban al lado contrario. Las cabezas de los clavos eran redondas y negras en las manos y en los pies; las puntas, formadas de la misma carne y sobresaliendo de ella, aparecían alargadas, retorcidas y como remachadas. Así, también el costado derecho, como si hubiera sido traspasado por una lanza, escondía una roja cicatriz, de la cual manaba frecuentemente sangre sagrada, empapando la túnica y los calzones.
Después que el verdadero amor de Cristo había transformado en su propia imagen a este amante suyo, terminado el plazo de cuarenta días que se había propuesto pasar en soledad y próxima ya la solemnidad del arcángel Miguel, que entonces se celebraba el 29 de septiembre, bajó del monte Francisco llevando consigo la efigie del Crucificado, no esculpida por mano de algún artífice en tablas de piedra o de madera, sino impresa por el dedo de Dios vivo en los miembros de su carne.

Fuente: Textos de San Buenaventura: La impresión de las llagas (LM 13,3)

miércoles, 3 de octubre de 2012



LA BIBLIA ENSEÑA QUE MARÍA 
ES EL ARCA DE LA NUEVA ALIANZA

Ahora veremos que la Biblia identifica a María como el Arca del Nuevo Testamento. Identifica a María como la Nueva Alianza que equivale al Arca del Antiguo Testamento. María es el nuevo y mayor cumplimiento de lo que fue prefigurada por el Arca del Antiguo Testamento. Esta información es una de las más importantes y reveladoras acerca del profundo rol de María.

Puesto que llevaba y representaba la presencia de Dios, el Arca de la Antigua Alianza/Testamento era la cosa más sagrada y poderosa sobre la tierra fuera de Dios mismo. El Arca de la Alianza era un cofre sagrado que contenía las tablas de piedra de los Diez Mandamientos (Deuteronomio, 10, 5). El Arca también contenía y representaba la presencia espiritual de Dios en la tierra. Cuando Dios habló a Moisés, lo hizo desde los dos querubines que estaban en el Arca.

Números, 7, 89: “Cuando Moisés entraba en el tabernáculo de la reunión para hablar con el Señor, oía la voz que le hablaba desde encima del propiciatorio, puesto sobre el arca del testimonio, entre los dos querubines; así le hablaba Dios”.

Éxodo 25, 21-22: “Pondrás el propiciatorio sobre el arca, encerrando en ella el testimonio que yo te daré. Allí me revelaré a ti, y de sobre el propiciatorio, de en medio de los dos querubines, te comunicaré yo todo cuanto para los hijos de Israel te mandaré”.

Veamos ahora la forma en que la Biblia identifica a María como el Arca de la Nueva Alianza.


El Arca de la Antigua Alianza                                                   La Virgen María

Contenía la palabra escrita de Dios (Deut. 10, 5)
Contenía el Verbo de Dios hecho carne, Jesús (Juan 1, 1)

Jesucristo es el Verbo de Dios hecho carne (Juan, 1, 1). Por lo tanto, al igual que el Arca de la Antigua Alianza contenía la palabra escrita de Dios, María (que es el Arca de la Nueva Alianza) contiene la Palabra de Dios hecha carne.

Apocalipsis 19, 13: “… y viste un manto empapado en sangre y tiene por nombre Verbo de Dios”.


El Arca de la Antigua Alianza                                                   La Virgen María

Entonces la nube cubrió el tabernáculo de la reunión, y la gloria de Dios llenó la habitación (Éxodo, 40, 34-35)
Y la virtud del Altísimo te cubrirá con su sombra (Lucas, 1, 35)

El tabernáculo fue construido para contener el Arca santa (Éxodo 40, 2-3). Cuando Dios bajaba sobre el tabernáculo y el Arca para hablar con Moisés, leemos en Éxodo 40, 34-35 que la nube de la gloria o de la presencia visible de Dios (llamada la “Shekinah) lo “cubría”. La palabra usada para describir cómo esta presencia única de Dios que “cubría” el Arca es episkiasei en la traducción griega del Antiguo Testamento.

Éxodo 40, 34-35: “Entonces la nube cubrió el tabernáculo de la reunión, y la gloria de Dios llenó la habitación. Moisés no pudo ya entrar en el tabernáculo de la reunión, porque lo cubría la nube, y la gloria de Dios llenaba el habitáculo”.

La misma palabra episkiasei se usa en el griego del Nuevo Testamento para describir cómo la presencia de Dios “cubría” a la Virgen María. La Biblia utiliza esta palabra sólo para referirse al Arca y a María.

Lucas 1, 35: “El ángel le contestó y dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la virtud del Altísimo te cubrirácon su sombra, y por esto el hijo engendrado será santo, será llamado Hijo de Dios”.

La clara implicación es que la presencia de Dios cubría a María y descendía sobre ella – puesto que ella es la Nueva Arca – al igual como cubrió el Arca del Antiguo Testamento. Esto revela que María, si bien es una criatura e infinitamente inferior que Dios, es la nueva Arca. Por lo tanto, Ella tiene una conexión única con Dios, una única santidad, santificación y poder.


LA SORPRENDENTE EVIDENCIA DE 2 SAMUEL 6 Y LUCAS 1 DE QUE MARÍA ES EL ARCA DE LA NUEVA ALIANZA


Considérese el sorprendente paralelismo que la Escritura nos da entre lo que sucedía con el Arca de la Antigua Alianza en 2 Samuel 6 (2 Reyes 6 en la Biblia católica tradicional), y lo que le sucedió a la Santísima Virgen María, el Arca de la Nueva Alianza, en el capítulo 1 del Evangelio de Lucas. Lucas 1 es la historia más completa en la Biblia acerca de la Virgen María.


El Arca de la Antigua Alianza                                                   La Virgen María

2 Samuel 6, 9: “Se atemorizó entonces David del Señor y dijo: ¿Cómo vendrá a mí el Arca del Señor?”
Lucas 1, 43: “[Y dijo Isabel] ¿De dónde que venga a mí la madre de mi Señor?”

David dice: “¿Cómo vendrá a mí el Arca del Señor?” mientras que Isabel pregunta “¿de dónde que venga a mí la madre de mi Señor?”.
Isabel le dice lo mismo a María que dijo David acerca del Arca porque María es el Arca de la Nueva Alianza. La única diferencia entre las dos preguntas es que literalmente se usa “madre” en donde se dice Arca. La Biblia nos está diciendo que la madre del Señor = el Arca. Esto se confirma despejando toda duda cuando avanzamos en la historia.


David saltó delante del Arca                                        El niño saltó en la presencia de María

2 Samuel 6, 16: “Cuando el Arca del Señor llegóa la ciudad de David, Micol, hija de Saúl, miró por la ventana: y al ver al rey David saltando y danzando delante del Señor…”.
Lucas 1, 41-44: “Así que oyó el Isabel el saludo de María, exultó el niño en su seno, e Isabel se llenó del Espíritu Santo, … porque así que sonó la voz de tu salutación en mis oídos, saltó de gozo el niño en mi seno”.

David saltó delante del Arca, al igual que el niño en el seno de Isabel saltó delante de María (la Nueva Arca).


El Arca se quedó por tres meses                                             María (el Arca) se quedó por tres meses

2 Samuel 6, 11: “Tres meses estuvo el Arca del Señor en la casa de Obededón de Gat, y el Señor le bendijo a él y a toda su casa”.
Lucas 1, 56-57: “María permaneció con ella como unos tres meses y se volvió a su casa. Le llegó a Isabel el tiempo de dar a luz, y parió un hijo”.

En 2 Samuel 6, leemos que el Arca se quedó con Obededón de Gat por tres meses. Del mismo modo, en Lucas 1, leemos que María (el Arca de la Nueva Alianza) se quedó con Isabel por tres meses.

2 Samuel 6, 11 también menciona que el Señor bendijo a Obededón y a su casa el tiempo en que estuvo el Arca. La “bendición” en la Escritura indica frecuentemente una descendencia fecunda. En este hecho vemos otro paralelo en Lucas 1 sobre María. Porque Lucas 1, 57 nos dice que después que María se quedó con Isabel, el Señor bendijo a su casa con el nacimiento de un niño, Juan el Bautista.


David fue a buscar el Arca de Judá                              Esto ocurrió cuando María (el Arca) fue a Judá

2 Samuel 6, 2: “Y acompañado de todo el pueblo congregado tras él, [David] se puso en camino para Baalat de Judá, para buscar el Arca de Dios, sobre la cual se invoca el nombre del Señor Sabaot, sentado entre dos querubines”.
Lucas 1, 39-40: “En aquellos días se puso María en camino y con presteza fue a la montaña, a una ciudad de Judá, y entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel”.

Como leemos aquí, estos increíbles paralelos ocurrieron cuando David salió de la montaña de Judá para buscar el Arca (2 Samuel 6, 2), y cuando María, el Arca de la Nueva Alianza, fue a la montaña de Judá (Lucas 1, 39).


El Apocalipsis también indica que María es el Arca de la Nueva Alianza

Apocalipsis 11, 19; 12, 1: “Se abrió el templo de Dios, que está en el cielo, y se dejó ver el Arca del Testamento en su Temploy hubo relámpagos, y voces, y rayos, y un temblor, y granizo fuerte. [12,1]Apareció en el cielo una señal grande, una mujer vestida de sol, con la luna debajo de sus pies, y sobre la cabeza una corona de doce estrellas”.

La Biblia no fue escrita indicando capítulos o versículos. No fue sino hasta el siglo XII que la Biblia fue dividida en capítulos y versículos. Por lo tanto, el autor del Apocalipsis, el Apóstol San Juan, escribió lo que comienza en el capítulo 12 continua e inmediatamente después que termina el capítulo 11. Y en el final del capítulo 11, leemos que el Arca del testamento/alianza de Jesús fue vista en el cielo. El siguiente versículo es Apocalipsis 12, 1. Por lo tanto, las palabras que terminan el capítulo 11 son seguidas inmediatamente de las palabras con que comienza el capítulo 12, sin ninguna división.

Esto significa que la aparición del Arca de la alianza de Jesús justo al final del capítulo 11 – “se dejó ver el Arca del Testamento de su Templo” (Apoc. 11, 19) – se explica inmediatamente por la visión de “la mujer” vestida de sol,  con que comienza el capítulo 12, justo el versículo siguiente (Apoc. 12, 1). Esto indica que “la mujer” vestida de sol, que llevaba a la Persona Divina en su seno (la Virgen María), es el Arca del Nuevo Testamento.


El Arca contenía el maná del desierto                                       María contenía el maná del cielo (Jesús)

Hebreos 9, 4: “… el arca de la alianza, cubierta toda ella de oro, y en ella un vaso de oro que contenía el maná, la vara de Arón, que había reverdecido, y las tablas de la alianza”.
Juan 6, 48-51: “Yo soy el pan de vida. Vuestros padres comieron el maná en el desierto y murieron. Yo soy el pan vivo bajado del cielo… y el pan que yo le daré es mi carne para la vida del mundo”.

No cabe duda que el maná del desierto (Éxodo 16) prefigura a Jesús como el pan de vida. Jesús hace una conexión entre los dos en Juan capítulo 6. Él hace referencia al maná del desierto, y luego dice que su carne es el verdadero maná. Bien, el maná del desierto fue colocado dentro del Arca de la Antigua Alianza. Ello prefigura a Jesucristo mismo (el verdadero maná del Nuevo Testamento) que estuvocontenido en el seno de María, la madre de Jesús.

En Hebreos 9, 4, también leemos que la vara de Aarón fue colocada dentro del Arca de la Antigua Alianza. En Números 17 leemos que esta vara floreció para confirmar al verdadero sumo sacerdote. La vara de Aarón entonces significa el verdadero sumo sacerdote. En el Nuevo Testamento, Jesús es descrito como el verdadero sumo sacerdote [también llamado pontífice].

Hebreos 3, 1: “Vosotros, pues, hermanos santos, que participáis de la vocación celeste, considerad al Apóstol ySumo Sacerdote de nuestra confesión, Jesús”.

Véase también Hebreos 6, 20, Hebreos 9, 11, y otros pasajes que también prueban que Jesús es el verdadero sumo sacerdote. La conclusión ineludible es que la vara de Aarón que fue colocada dentro del Arca prefiguraba a Jesucristo, el verdadero sumo sacerdote, quien estuvo contenido en el vientre de María (el Arca de la Nueva Alianza).

No hay absolutamente ninguna duda de que el Nuevo Testamento indica que María es el Arca de la Nueva Alianza. Esta evidencia es innegable.


PUESTO QUE MARÍA ES EL ARCA DE LA NUEVA ALIANZA, ELLO SIGNIFICA QUE ELLA LO MÁS SAGRADO EN LA TIERRA FUERA DE JESUCRISTO


El Arca de la Alianza era la cosa más sagrada en la tierra después de la presencia de Dios mismo. El Arca fue depositada en el tabernáculo, en el santo de los santos. La presencia del Arca es lo que hizo que fuera tan sagrado el santo de los santos.

2 Paralipómenos (o Crónicas) 35, 3: “Colocada el arca santa en la casa que edificó Salomón, hijo de David, rey de Israel”.

El Arca era tan santa que cuando el pueblo de Dios la seguía, ellos tenían que mantener una distancia respetuosa.

Josué 3, 3-5: “Y dieron al pueblo esta orden: Cuando veáis el Arca de la Alianza del Señor, vuestro Dios, llevada por los sacerdotes, hijos de Leví, partiréis de este lugar donde estáis acampados y os pondréis en marcha tras ella, pero dejando entre vosotros y ella una distancia de dos mil codos, sin acercaros a ella,para que podáis ver el camino que habéis de seguir, pues no habéis pasado nunca por él”.

Las personas que ilegalmente tocaban el Arca eran castigadas con la muerte.

2 Samuel 6, 6-7: “Cuando llegaron a la era de Nacón, tendió Oza la mano hacia el arca de Dios y la agarró,porque los bueyes recalcitraban. Encendióse de pronto la cólera de Dios, y cayó allí muerto, junto al arca de Dios.

Los hombres de Bet-semes fueron muertos porque se habían atrevido a mirar dentro del arca.

1 Samuel 6, 19: “Los hijos de Jeconías no se alegraron con las gentes de Bet-semes al ver dentro del arca de Dios, e hirió éste de entre ellos a setenta hombres. El pueblo hizo gran duelo por haberlos herido Dios con tan gran plaga”.

Vemos cuán sagrado consideraba Dios aquello que había de entrar en contacto cercano con su presencia espiritual.


DADO QUE MARÍA ES LA NUEVA ARCA, ELLA TUVO QUE SER SANTA Y CREADA SIN PECADO


Dios dio las más específicas indicaciones para la construcción del Arca. Él ordenó que fuera hecha del oro más puro.

Éxodo 25, 10-13; 24: “Harás el arca de madera de acacia, dos codos y medio de largo, codo y medio de ancho y codo y medio de alto. La cubrirás de oro puro, por dentro y por fuera, y en torno de ella pondrás una corona de oro. Fundirás para ella cuatro anillos de oro, que pondrás en los cuatro ángulos, dos de un lado, dos del otro. Harás unas barras de madera de acacia y las cubrirás de oro… la revestirás de oro puro, y harás de ella una corona de oro todo en derredor”.

Es interesante que el Arca no sólo tenía que estar cubierta de oro en derredor, sino que hay una referencia específica a que tenga en torno de ella pondrás una corona de oro”.


El Arca de la Antigua alianza tenía una corona de oro        La Virgen María (la Nueva Arca) también tenía una corona

Éxodo 25, 11: “La cubrirás de oro puro… pondrásen torno de ella una corona de oro”.
Apocalipsis 12, 1: “Apareció en el cielo una señal grande, una mujer envuelta en el sol, con la luna debajo de sus pies, y sobre la cabeza una coronade doce estrellas”.

El Arca de la Antigua Alianza tenía que ser perfecta y santa porque era el único lugar donde se asentaba la presencia espiritual de Dios. La santidad de Dios no puede ser empañada por el contacto con algo que contenga defectos. Del mismo modo, la Virgen María, como la Nueva Arca y portadora de Jesucristo, tuvo que ser creada sin pecado y en estado de perfección.

Ella no sólo contuvo la presencia espiritual de Dios, sino al mismo Dios Jesucristo. Ella no sólo contuvo la palabra escrita de Dios, sino el Verbo de Dios hecho carne (Juan 1, 1). Por consiguiente, María debe ser perfecta. Ella debe estar libre de todo pecado. Ella debe ser siempre virgen y jamás tocada por el hombre.

Si el Arca de la Antigua Alianza, que contenía las tablas de la Ley escrita, estaba envuelta por la presencia espiritual de Dios, recubierta por el oro más puro y fue construida según las más precisas especificaciones de Dios, ¿cuán superior debió ser la creación de María, el Arca de la Nueva Alianza? Como sabemos, la figura (anti-tipo) es siempre superior a la prefigura (tipo). María, el Arca de la Nueva Alianza, por tanto, debe ser y es muy superior que el Arca de la Antigua Alianza.

Al igual que el Arca de la Antigua Alianza, María también debe tener un tremendo poder sobre el Diablo y los enemigos de Dios. Ella debe tener un poder de intercesión para con Dios único, en atraer sus bendiciones y en ayudar al pueblo de Dios, al igual como lo fue el Arca de la Antigua Alianza.


AL IGUAL QUE EL ARCA DE LA ANTIGUA ALIANZA, MARÍA TIENE UN PODER DE INTERCESIÓN ÚNICO; ELLA TIENE  UN IMPRESIONANTE PODER SOBRE LOS ENEMIGOS DE DIOS, SOBRE EL DIABLO Y EN ASISTIR AL PUEBLO DE DIOS


El Arca de la Antigua Alianza tenía un poder impresionante. Cuando fue capturada por los filisteos, les sucedieron cosas extraordinarias a ellos como a su falso dios, Dagón.

1 Samuel 5, 1-5: “Capturaron, pues, los filisteos el arca de Dios y la llevaron de Eben-Ezer a Azoto, y la metieron en el templo de Dagón y la pusieron junto a Dagón. Al día siguiente, levantándose de mañana, vieron los filisteos a Dagón tendido en tierra y con la cara contra ella, delante del arca del Señor. Le recogieron y volvieron a ponerle en su sitio; pero al otro día, cuando se levantaron, encontraron a Dagón tendido en tierra boca abajo y cortadas la cabeza y las manos, que yacían en el umbral, sin quedar de Dagón más que el tronco. Por esto los sacerdotes de Dagón y cuantos entran en el templo de Dagón en Azoto no pisan todavía el umbral del templo”.

Los filisteos comenzaron a ser destruidos por haber capturado el Arca. Esto los llevó a devolver el Arca a sus enemigos, los israelitas.

1 Samuel, 5, 7: “Viendo los de Azoto lo que pasaba, dijeron: ‘Que no quede entre nosotros el arca del Dios de Israel, porque su mano pesa mucho sobre nosotros y sobre Dagón, nuestro dios’”.

El Arca infundía un terror mortal a los enemigos de Dios.

1 Samuel, 5, 10: “Entonces mandaron el arca de Dios a Acarón. Pero cuando entró el arca de Dios en Acarón, los acaronitas se pusieron a gritar: ‘Han traído el arca del Dios de Israel para que nos mate a todos, a nosotros y a nuestro pueblo’”.

Las aguas del Jordán se secaron milagrosamente por el Arca.

Josué 3, 13-14: “[Y el Señor dijo a Josué]: ‘Y cuando los sacerdotes que llevan el arca de la alianza del dueño de toda la tierra ponga la planta de sus pies en las aguas del Jordán, las aguas del Jordán se partirán, y las que bajan de arriba se pararán en montón’. Cuando hubo salido el pueblo de sus tiendas para pasar el Jordán, precedido por los sacerdotes que llevaban el arca de la alianza…”.

María, la Nueva Arca, tiene este poder y más aún; porque la figura es superior a la prefigura, y el Nuevo Testamento es superior al Antiguo. Ahora cubriremos más evidencia bíblica para la enseñanza católica acerca de la Virgen María.


LA TIERRA DE LA QUE FUE CREADO ADÁN ES UN TIPO DE MARÍA Y SU PRESERVACIÓN DEL PECADO (SU CONCEPCIÓN INMACULADA)


Hemos verificado que Jesucristo es el nuevo Adán. Adán fue formado de la tierra o arcilla.

Génesis, 2, 7: “Modeló el Señor Dios al hombre de la tierra [adamah] y le inspiró un el rostro aliento de vida, y fue así el hombre animado”.

La palabra hebrea para “tierra” es Adamah. Es un nombre femenino. Adán se llamó así porque él vino de la Adamah, su nombre significa hijo de la tierra, el hijo de la Adamah (este punto está tomado de Gerry Matatics, Biblical Foundations International, Dunmore, Pennsylvania).

Nos podríamos extender más sobre este punto, pero está claro que, en cierto nivel, la tierra de la cual fue creado Adán es un tipo de María. El primer Adán fue creado por Dios de la tierra, y el segundo Adán (Jesucristo), tomó carne de María, su madre. Entonces, la pregunta es, ¿cuál era el estado de la tierra cuando fue creada?

Génesis 1, 31: Y vio Dios ser muy bueno cuanto había hecho, y hubo tarde y mañana, día sexto”.

La tierra de la cual fue formado el primer Adán – y de hecho, la totalidad de la creación de Dios antes de la caída – estaba completamente libre de maldición, pura y perfecta. El pecado y la maldición no tenían lugar en ella.

María, quien dio a luz al segundo y mayor Adán (Jesucristo), también estuvo completamente libre maldición, fue pura y perfecta. Ella tuvo que ser preservada de toda mancha de pecado y de la maldición del pecado original. Eso es lo que se llama la Inmaculada Concepción.


SÓLO MARÍA Y SU IMPECABILIDAD REALIZAN COMPLETAMENTE LO QUE FUE PREDIJO EN GÉNESIS 3, 15: “PONDRÉ ENEMISTAD ENTRE TI [LA SERPIENTE] Y LA MUJER…”


Poco después de la caída de Adán y Eva, Dios hizo esta profecía:

Génesis 3, 14-15: “Dijo luego el Señor Dios a la serpiente: ‘Por haber hecho esto, maldita serás entre todos los ganados y entre todas las bestias del campo. Te arrastrarás sobre tu pecho y comerás el polvo todo el tiempo de tu vida. Pondré perpetua enemistad entre ti y la mujer, y entre tu linaje y el suyo; Ella te aplastará la cabeza, y tú le acecharás el calcañal”[1].

Dios dice que habrá enemistad – hostilidad, división, oposición – entre el diablo y “la mujer”. En el mismo contexto, leemos del linaje de la mujer, y la victoria que se concederá por medio de la mujer y su linaje/descendencia. En la Biblia, los hijos de un hombre y sus descendientes se llaman linaje. El linaje de la mujer, por lo tanto, es algo único. Se refiere a un hijo que es producido por una sola mujer. Esto, obviamente, se refiere a la concepción virginal y al nacimiento del seno de la Santísima Virgen María, la madre de Jesús. El “linaje” de la mujer se refiere a Jesucristo.

Por lo tanto, la mujer identificada aquí que tiene una oposición o enemistad con la serpiente es claramente María, la madre de Jesucristo. La mujer no es Eva, quien dio oídos a la serpiente. Se trata de María.

Dios dice que pondrá enemistad u oposición entre la serpiente y la mujer. Como resultado, María debe ser completamente preservada del pecado. Porque cuando alguien peca, ese alguien no se opone al diablo, sino que se da al diablo. La única manera que la mujer pueda tener oposición completa y definitiva con la serpiente es por la preservación del pecado y del pecado de Adán.

El hecho de que María es esta “mujer”, y por lo tanto, completamente libre de la dominación del pecado y del diablo, es la razón de por qué Jesús llama a María “mujer” en el Nuevo Testamento. Jesús nunca llamó a su madre más que “mujer”. Muchos no católicos creen que esta era una manera de Jesús menospreciar a su madre restándole importancia a su rol; todo lo contrario, Jesús estaba identificando a María como siendo la “mujer” de Génesis 3, 15.

Génesis 3, 15: “Pondré perpetua enemistad entre ti y la mujer, y entre tu linaje y el suyo; Ella te aplastará la cabeza, y tú le acecharás el calcañal”.

Juan 2, 3-5: “No tenían vino, porque el vino de la boda se había acabado. En esto dijo la madre de Jesús a éste: No tienen vino. Y Jesús le dijo: Mujer, ¿qué nos va a mí y a ti? No es aún llegada mi hora. Dijo la madre a los servidores: haced lo que Él os diga”.

Una lectura superficial de este pasaje de Juan deja a muchos la impresión de que Jesús está reprendiendo a su madre en las bodas de Caná. Sin embargo, aquí se revela el poder de intercesión de María con Jesús. Jesús dice que su hora aún no ha llegado; en otras palabras, aún no era el momento para que Él revelara sus poderes milagrosos. Su propósito era esperar más tiempo. No obstante, ante la insistencia de su madre, que tuvo compasión con la pareja de recién casados, Jesús realizó el milagro. Él realizó su primer milagro a instancias de su madre, a pesar de que su hora “aún no había llegado”. Este es un excelente ejemplo de cómo se obtienen las gracias de Jesús por la intercesión de María, gracias que Él, no estaría dispuesto a dar si no fuera por el pedido de su Madre.

Muchos no católicos también objetan que si María es tan crucial, ¿por qué Jesús permitió que los evangelistas quizás dieran la impresión que Él estaba menospreciando el rol de su madre? Ellos sostienen que ciertos versículos dan esa impresión, o al menos no hacen mucho para disipar esa idea. La respuesta es que Dios no arroja perlas a los cerdos (Mateo 7, 6). A menudo, Él oculta ligeramente sus verdades, o las pone apenas debajo de la superficie, de manera que los esfuerzos superficiales o insinceros de las personas pasen por encima de ellos o se queden con una impresión errada. Sin embargo, aquellos que son más pacientes y profundizan más – o simplemente confían en la Iglesia que Jesús estableció – encuentran la joya y el verdadero significado.

Lucas, 8, 8-10: “El que tenga oídos para oír que oiga. Sus discípulos le preguntaron qué significada aquella parábola, y Él contestó: A vosotros ha sido dado conocer los misterios del reino de Dios; a los demás, sólo en parábolas, de manera que viendo no vean y oyendo no entiendan”.

Esto es muy cierto en el caso de las enseñanzas de la Biblia acerca del profundo rol de María. Las lecturas superficiales y los esfuerzos insinceros mantienen a la gente sin poder ver aquello. Pero está allí en la Escritura. Como ya vimos, María es la nueva Eva y la mujer del Génesis 3, 15. Ella es también el Arca de la Nueva Alianza, y mucho más, como veremos. Todo está allí en la tipología bíblica y en muchos pasajes entendidos más profundamente; pero muchos siguen siendo ajenos a ello. Viendo no ven, y oyendo no entienden. Al no confiar en la única Iglesia que estableció Cristo, ellos lamentablemente han adquirido sólo un entendimiento superficial y erróneo acerca de lo que enseña la Biblia.

Juan 19, 26-27: “Jesús, viendo a su madre y al discípulo a quien amaba, que estaba allí, dijo a la madre: Mujer, he ahí a tu hijo. Luego dijo al discípulo: He ahí a tu madre. Y desde aquella hora el discípulo [Juan] la recibió en su casa”.

Aunque había otras mujeres al pie de la cruz, Jesús escoge a su madre. Jesús, nuevamente la llama “mujer”, porque ella es la mujer del Génesis 3, 15: la única en completa oposición a la serpiente. Jesús también indica a San Juan para que tome a su madre como suya.


EL ALMA DE MARÍA GLORIFICA EL SEÑOR, Y EL TODOPODEROSO HIZO GRANDES COSAS PARA ELLA


En Lucas 1, vislumbramos los privilegios únicos que Dios ha concedido a María.

Lucas 1, 46-50: “Dijo María: Mi alma engrandece al Señor y exulta de júbilo mi espíritu en Dios, mi Salvador, porque ha mirado la humildad de su sierva; por eso todas las generaciones me llamarán bienaventurada,porque ha hecho en mí maravillas el Poderoso, cuyo nombre es Santo. Su misericordia se derrama de generación en generación sobre los que le temen".

La Biblia dice que el alma de María engrandece al Señor; no lo disminuye. María no va en detrimento de Jesús, sino que lleva a la gente a Jesús. El Arca de la Antigua Alianza significaba el poder y la presencia de Dios. Cuando se estaba en su presencia, les inspiraba devoción, confianza y amor al Todopoderoso. De manera similar, pero mayor, María, la nueva Arca, nos dirige y centra poderosamente en torno de Jesucristo. Todo lo que es y tiene María viene de ser la madre de Jesucristo. Él hizo grandes cosas a ella preservándola del pecado.

También hay que hacer una mención especial de Lucas 1, 48, en que María profetiza que “todas las generaciones la llamarán bienaventurada”. Esta es una profecía acerca de la oración católica del Avemaría. Durante generaciones lo católicos han rezado: “Dios te salve María, llena eres de gracia. El Señor es contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén”.

Fuente: www.vaticanocatolico.com