miércoles, 17 de octubre de 2012

O MI IESU





Al final de cada misterio del Santo Rosario, después del Gloria Patri, dígase: 

Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva todas las almas al cielo, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia. 

En latín: 

O mi Iesu, peccata nostra dimitte nobis, ab igne inferni defende nos; perduc in coelum ómnium ánimas, eorum imprímis qui máxime misericordia Tua índigent. 




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